Todo texto escrito persigue una intención clara: comunicar un mensaje al lector del texto. Pero si, por alguna razón, el mensaje que pretendes comunicar presenta errores gramaticales, léxicos o simplemente ortográficos, dicho mensaje pierde su eficacia. No solo eso, sino que un texto mal redactado o con errores transmite una mala imagen de su autor, afectando negativamente al proceso de comunicación con tus lectores, incluso interrumpiéndolo si los errores son demasiado graves o demasiado frecuentes. El buen uso de la lengua optimiza la comunicación con los lectores de tus textos y se convierte en una parte fundamental de tu imagen como comunicador, ya seas un autor o formes parte de una editorial. Un mal uso del lenguaje compromete tu prestigio como comunicador.
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Para hablar de los diferentes tipos de correcciones que realizamos, seguiremos el orden cronológico en el proceso de edición en que estas tienen lugar.
Situamos dentro de una primera fase del proceso editorial las correcciones cuyo objetivo consiste en preparar el texto original, ya mecanografiado, para que se proceda a maquetarlo. Dentro de esta fase encontramos la corrección de estilo, la corrección ortotipográfica y un tercer tipo que hemos dado en denominar corrección profunda del texto.
Una segunda fase consistiría en la corrección del texto ya con su formato final, en forma de libro, revista, etcétera. En este caso, podríamos hablar de las correcciones de pruebas, antes de enviar el producto a la imprenta, y de las correcciones de ferros y maquetas, que son unas pruebas que nos envía la imprenta para dar nuestro visto bueno de cara a proceder a su impresión definitiva.
Aunque este sería un buen acercamiento al proceso cronológico de corrección de un texto, en ocasiones los distintos tipos de correcciones se pueden dar en una fase diferente de la esperada, por ejemplo, si hacemos la corrección ortotipográfica directamente en pantalla utilizando un programa de edición de textos, o incluso obviarse algún tipo de corrección, como es el caso cada vez más frecuente de ignorar la corrección de ferros.
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Primera fase: preparación de textos originales
La corrección de estilo tiene como misión hacer el texto más comprensible. Por ello, no se limita a la simple corrección de errores ortográficos, sino que atiende a aspectos más profundos del texto, como el léxico utilizado y la gramática, mejorando si fuera preciso el texto para facilitar su correcta comprensión. Esto no significa que se trate de reescribir el texto original, haciéndole perder su esencia estilística o su sentido, sino de mejorarlo para que sea más entendible si antes no lo era. Así, la corrección de estilo se centra en el uso de conectores textuales, uso correcto y coherencia de los tiempos verbales a lo largo del texto, palabras repetitivas, uso de muletillas, construcciones demasiado complejas o agramaticales, uso coherente de la puntuación, mantenimiento de la coherencia temporal, espacial y de personajes en la narración, etcétera.
Para asegurarse de que el corrector no pone demasiado de él mismo en el texto, este tipo de corrección suele realizarse en connivencia con el autor, quien decide en última instancia qué correcciones de estilo acepta y cuáles no. Esta corrección, que tiene gran grado de complejidad, engloba a la siguiente, ya que, a la par que se revisa el estilo, se procede a hacer una corrección ortotipográfica.
Generalmente, en el caso de que el original no haya sido objeto de ninguna revisión anterior, Aliterata solo aceptará hacer una corrección de estilo, nunca ortotipográfica. La razón es que, como profesionales, no podemos poner en riesgo nuestro prestigio entregándole a un autor un texto que, presumiblemente, contenga errores léxicos o gramaticales, que sería lo más común si el texto no ha sido corregido nunca y el autor solo quiere realizar una corrección ortotipográfica.
Puedes calcular tu presupuesto personalizado para una corrección de estilo utilizando nuestra calculadora de presupuestos, a la que podrás acceder pulsando el enlace o mediante el botón correspondiente del menú superior de la página.
La corrección ortotipográfica cifra sus objetivos en, por un lado, eliminar cualquier tipo de error ortográfico del texto, y por otro lado, aplicar todas las normas de estilo en lo referente a los usos tipográficos siguiendo una guía de estilo. Este tipo de corrección se centra en aspectos como las faltas de ortografía, el uso de comillas, cursivas o paréntesis, el uso de mayúsculas o el aparato de anotaciones, entre otras cuestiones. Por supuesto, si el corrector detecta algún error más susceptible de ser revisado en una corrección de estilo, lo corrige, aunque si el volumen de este tipo de errores es demasiado alto avisará al cliente para que valore realizar una corrección más adecuada al estado del texto original.
En términos generales, Aliterata solo aceptará hacer una corrección ortotipográfica si previamente el texto ha sido sometido a una corrección de estilo, por las razones expuestas un par de párrafos más arriba.
Puedes calcular tu presupuesto personalizado para una corrección ortotipográfica utilizando nuestra calculadora de presupuestos, a la que podrás acceder pulsando el enlace o mediante el botón correspondiente del menú superior de la página.
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El término de corrección profunda no aparece en ninguno de los manuales dedicados a la profesión del corrector. Sin embargo, la experiencia nos dicta que debemos hacer un intento por concretar un tipo de corrección que se hace necesaria para dar cabida a un grupo heterogéneo de textos que requieren una intervención más profunda por parte del corrector.
En ocasiones, nos llegan textos originales que resultan demasiado difíciles de comprender incluso para un corrector experimentado. Es el caso, por ejemplo, de traducciones hechas desde un idioma extranjero al castellano por parte de un nativo de dicho idioma que no es experto en nuestra lengua, o incluso traducciones hechas mediante el uso de herramientas de traducción informáticas. Otro caso frecuente sería el de textos escritos directamente en castellano por hablantes de otras lenguas aún no suficientemente expertos en la nuestra. En ambos casos, el uso de una interlengua, que mezcla aspectos lingüísticos de ambas lenguas en conflicto, dificulta la comprensión del texto por parte del corrector, lo que demora su trabajo haciéndole emplear hasta dos o tres veces más tiempo en la corrección de lo que tardaría para una corrección escrita en castellano por un hablante nativo de la lengua.
Otro tipo de textos que representan una dificultad añadida para su corrección podrían ser las transcripciones escritas de una grabación de audio, las transcripciones de un manuscrito cuya caligrafía presenta una falta de legibilidad y las transcripciones de manuscritos o mecanoscritos deteriorados. En todos estos casos el corrector debe, si es posible, tener acceso al material original, a fin de cotejar la transcripción con dicho material y llevar a buen término su labor.
Desafortunadamente, no podemos facilitar un cálculo aproximado del coste que supondría una corrección de este tipo, ya que hay que valorarlo en función de las características del texto original. Por ello, te animamos a que te pongas en contacto con Aliterata para analizar tu original y darte un presupuesto personalizado.
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Segunda fase: corrección de textos en su formato definitivo
La corrección de pruebas consiste básicamente en una corrección ortotipográfica que atiende, además de a los aspectos referidos anteriormente, a nuevos aspectos que han podido surgir tras la maquetación del texto en su formato definitivo. De este modo, el corrector buscará errores en los sangrados de párrafos, los espacios y márgenes, los tamaños y tipos de letra, los interlineados, el control de líneas viudas y huérfanas, la partición automática de palabras, etcétera.
La corrección de maquetas y ferros es una corrección menos profunda que las anteriores, pero igual de minuciosa. Para llevarla a cabo, es necesario que el corrector haya participado en la corrección de pruebas, ya que se trata precisamente de cotejar las pruebas anteriores con el ferro o maqueta y detectar los errores que hubieran podido surgir en la preparación del producto por parte de la imprenta. Aunque muchos profesionales obvian este tipo de corrección, hemos podido comprobar cómo, en ocasiones, los errores surgen contra todo pronóstico y desaparecen frases, imágenes y otros elementos como por arte de magia.
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En este apartado queremos explicarte cuál es nuestra forma de trabajar y cuál es la secuencia cronológica de acciones que se llevan a cabo desde que te interesas por nuestros servicios hasta que recibes el producto final de nuestro trabajo.
Para comenzar, te recomendamos, si no estás familiarizado con la figura del corrector de textos, que leas en esta misma página los apartados La labor del corrector de textos, Tipos de correcciones de textos y Soportes y medios utilizados en la corrección de textos, mediante los cuales podrás hacerte una idea acerca de nuestro trabajo, el tipo de correcciones que hacemos y los medios que utilizamos. De este modo, podrás decidir qué tipo de corrección de textos necesitas y qué vas a recibir teniendo toda la información disponible.
Si ya has trabajado con correctores con anterioridad, te recomendamos que leas los apartados Tipos de correcciones de textos y Soportes y medios utilizados en la corrección de textos, a fin de comparar nuestros tipos de correcciones y soportes con aquellos a los que ya estás habituado.
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Si no lo has hecho ya en el paso anterior, envíanos el texto original vía mail o por cualquier otra vía que acordemos. Recuerda que, para una corrección completa, de estilo u ortotipográfica, tendrás que enviarnos tu archivo de texto con formato .docx, .doc o .rtf. Si no lo tienes en alguno de estos formatos, envíanoslo igualmente para ver si podemos convertirlo a alguno de los formatos especificados.
Para una corrección de pruebas, necesitaremos el archivo de InDesign además de los archivos .ttf de las tipografías utilizadas y las posibles imágenes que formen parte de la maquetación. Recuerda informarnos acerca de qué programa estás utilizando y la versión del mismo.
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En función del tipo de corrección, el corrector de textos utilizará distintos soportes y herramientas informáticas para llevarla a cabo.
En la fase de preparación del texto original para su edición, este es el programa informático que utilizamos la inmensa mayoría de correctores para realizar una corrección completa, de estilo u ortotipográfica, tanto si trabajamos con Mac como con PC.
La razón para utilizar este programa es la herramienta de control de cambios que Microsoft Word trae incorporada, que nos permite visualizar, aceptar y omitir los cambios propuestos por el corrector. Explicamos la herramienta un poco mejor más adelante.
En Aliterata trabajamos con Word, lo que no implica que tú debas hacer lo mismo. Tu texto original puede haber sido escrito utilizando otros programas como Open Office o Pages, o incluso haber sido escrito con el Bloc de Notas. Eso sí, cerciórate de que nos mandas el texto en uno de los formatos que pueda leer Word, tales como los archivos con extensiones .docx, .doc o .rtf. Si no sabes cómo hacerlo, no te preocupes, mándanoslo y encontraremos la forma de convertir tu archivo en uno de estos formatos.
Esta herramienta, integrada de forma nativa en el programa, te permite mantener el control en todo momento respecto de los cambios que sugiere el corrector.
Nosotros trabajamos con esta herramienta siempre activada, pero el cliente debe activarla también si quiere visualizar todos los cambios que vienen marcados en color rojo en el texto y con un mensaje en los márgenes del documento que clarifica cuál ha sido el cambio realizado, además de permitirte con un solo clic de ratón ir aceptando o rechazando cambio por cambio, o bien aceptarlos todos con un simple clic.
Si no estás familiarizado con esta herramienta, no te preocupes. Aliterata te enviará dos archivos una vez terminada la corrección: un archivo con todas las correcciones ya aceptadas y el archivo con las correcciones sujetas al control de cambios para que puedas aceptar u omitir las que consideres.
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En Aliterata no consideramos este tipo de archivo un formato idóneo para la corrección, ya que, o bien hay que editarlo con la herramienta de corrección de Adobe PDF, que es bastante defectuosa en cuanto a cambios, o bien hay que abrirlo con el programa que generó dicho PDF para editarlo en él.
Nosotros solemos utilizar este tipo de archivo como un formato cerrado e inalterable para ser enviado a imprenta. No te preocupes, si tu archivo es un PDF, trataremos de transformarlo en alguno de los archivos válidos de Word y dar curso a la corrección de tu texto.
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Aunque utilizamos estos programas principalmente para realizar la corrección de pruebas sobre el texto ya maquetado, en realidad podemos realizar también una corrección profunda, ortotipográfica o de estilo utilizando estas herramientas tal como lo haríamos con Microsoft Word.
En los últimos años, nuestra preferencia por utilizar Adobe InDesign es clara por su compatibilidad con el resto de programas de Adobe como son Photoshop e Illustrator, preferencia que parece coincidir con una mayoría amplia de maquetadores a juzgar por los trabajos que nos encomiendan.
Aunque tratamos de estar actualizados en cuanto a versiones de programas, en ocasiones no estamos a la última o las últimas versiones no nos parece que aporten soluciones significativas para nuestra labor, por lo que es importante que nos comuniques qué programa y versión estás utilizando para comprobar si podremos abrir el archivo y trabajar con él. Dadas las opciones de exportación a distintos tipos de archivos y versiones, no suele haber ninguna dificultad en este sentido.
A pesar de que conocemos la herramienta de control de cambios que InDesign lleva incorporada, preferimos evitar el control de cambios porque no es tan eficiente como el de Word y en ocasiones el programa se ralentiza o se cuelga. Aun así, activaremos el control de cambios bajo petición del cliente si es necesario.
También podemos trabajar sin problema con otros programas informáticos: Adobe Illustrator, Adobe Photoshop, etcétera.
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Algunos de nuestros correctores son especialistas en la corrección de plataformas online y páginas web, bien utilizando el gestor de contenidos (CMS) de las diferentes plataformas (Wordpress, Prestashop, Joomla, etcétera), bien accediendo vía FTP a tus archivos con formato .html o .php.
En caso de utilizar el gestor de contenidos (CMS), necesitaremos las claves de acceso para poder acceder a las páginas de tu sitio web. En caso de acceder vía FTP a tu web, necesitaremos que crees un usuario para nosotros y nos remitas las claves de acceso para poder realizar los cambios. Como medida de seguridad, guardaremos una copia de la versión sin cambios para recuperarla si surgiera algún problema en el proceso de corrección.
Aliterata está concienciada con el medio ambiente, por lo que preferimos prescindir, en la medida de lo posible, de corregir sobre papel. Utilizando los medios actuales de comunicación y las herramientas informáticas a nuestra disposición, consideramos que ahorramos energía y ponemos nuestro granito de arena limitando en lo posible el deterioro del planeta. Hay quien dirá que los ordenadores también contaminan porque consumen energía eléctrica, además del procesamiento y extracción de los materiales de los que están hechos sus componentes. Totalmente cierto. Pero el trabajo con papel supone la tala de árboles, el gasto de energía eléctrica en su procesamiento y los gastos de combustible de los transportes entre el corrector y el cliente. Pensamos, por tanto, que limitar nuestro consumo de papel y trabajar siempre que se pueda con el ordenador es menos nocivo para el medio ambiente.
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Si nunca has necesitado de la ayuda de un corrector de textos, es posible que no conozcas su labor, cómo trabajan los correctores, qué es lo que hacen. Un corrector es, básicamente, una persona que se dedica a leer un texto cotejándolo mentalmente con una gran cantidad de normas ortográficas, léxicas y gramaticales. Esto en cuanto al contenido del texto, al lenguaje en sí. Sin embargo, ahí no termina la labor del corrector. También debe atender a otra gran cantidad de normas referentes a cómo se deben emplear los recursos tipográficos para dar claridad y coherencia al texto, preparándolo así para una correcta edición. Se trataría en este caso de dar forma al texto. Así, la labor de corrección de un texto atiende tanto a su contenido como a su forma.
En relación al contenido del texto, el corrector que trabaja con Aliterata sigue la norma castellana recogida por la Real Academia Española. El corrector puede ser una eminencia en el buen uso de la lengua, pero ni lo sabe todo ni puede obviar las indicaciones que hacen los académicos en su intento de fijar los usos lingüísticos para todos los hablantes de español. Como herramientas fundamentales de su trabajo, tendrá que hacer constantes consultas al Diccionario de la lengua española (Real Academia Española, 2014), al Diccionario panhispánico de dudas (Real Academia Española, 2015) o al Diccionario de uso del español María Moliner (María Moliner, 2013), entre otros. Con la ayuda de estas herramientas y sus conocimientos adquiridos con la experiencia, el corrector se asegurará de que el contenido del texto está limpio de errores ortográficos, léxicos y gramaticales.
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Respecto de la forma, el corrector de textos debe seguir las pautas recogidas en una guía de estilo, bien proporcionada por el cliente, bien elaborada por los propios correctores, Aliterata en este caso. Esta guía de estilo es fundamental para conocer, por ejemplo, qué palabras del texto deben ir en cursiva, el uso correcto que hay que hacer de las comillas, cómo escribir el título de un libro, etcétera. Cuando trabajamos para una editorial, es frecuente que se nos proporcione una guía de estilo que nos guiará en los usos tipográficos que requiere dicha editorial. En caso contrario, Aliterata cuenta con su propia guía de estilo para hacer esta labor.
Te recomendamos que, si tu texto va a ser publicado por una editorial, esperes a que esta te facilite la guía de estilo en caso de no corregirte el texto ellos mismos, de lo contrario, podría suceder que nuestra corrección ortotipográfica no se ajustase en alguno de los parámetros a la guía de estilo de la editorial, requiriendo tu texto entonces una nueva corrección para ajustarse a lo demandado por la editorial.
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En los últimos tiempos, los correctores profesionales de textos nos hemos tenido que enfrentar con dos circunstancias que influyen negativamente en nuestro colectivo. Por un lado, el advenimiento de una crisis económica que ha obligado a multitud de empresas editoriales a prescindir de sus departamentos de corrección de textos. Por otro lado, la constatación de un creciente intrusismo profesional en nuestra área de trabajo.
Respecto del primer problema, la eliminación de los departamentos de corrección de textos en las editoriales, los correctores de textos solo tenemos dos opciones: lamentarnos y remar contracorriente o adaptarnos a los nuevos escenarios que se nos proponen. En Aliterata hemos decidido acoger esta última opción. Pensamos que, aunque se hayan cerrado los servicios internos de corrección, corregir un texto para su correcta edición sigue siendo igual de necesario que antaño. No en vano vemos cada día cómo se van deteriorando algunas publicaciones, sobre todo periódicas, por la ausencia de la figura de un corrector cualificado, dañándose seriamente su imagen y prestigio, incluso en publicaciones que siempre han sido un referente en el buen uso del lenguaje. Ante esta situación, Aliterata propone sus servicios de corrección de textos, que, aunque externalizados, garantizan a sus clientes el mismo cuidado y atención que antes garantizaban los departamentos internos, con la ventaja de que no tendrás que afrontar el coste que supone mantener un corrector en plantilla, sino que dispondrás de todo un equipo de corrección de textos disponible en función de tus necesidades.
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En relación al intrusismo profesional, no somos los únicos que padecemos este inconveniente, que se da en los más variados sectores económicos. No obstante, es curioso comprobar cómo cualquier persona que habla castellano se siente capacitada para corregir cualquier tipo de texto.
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En no pocas ocasiones, cuando algún integrante de nuestro equipo comparte con alguien cuál es su profesión, se encuentra con comentarios del tipo: «ah, pero eso lo podría hacer yo, ¿por qué no me recomiendas para trabajar en tu empresa?». Preguntados por el tipo de formación que tienen, unos pocos responden: «he estudiado Lengua y Literatura en la universidad». Sin duda, es un buen comienzo, pues tener estudios superiores relacionados con el uso de la lengua castellana es uno de los requisitos sine qua non para formar parte de nuestro equipo, pero no el único. Otro grupo de personas, más numeroso, responde: «he hecho un curso de corrección de textos de x horas». Perfecto, solo te falta matricularte en la universidad y pasar unos cuantos años dedicándote a estudiar en profundidad la lengua. Un último grupo, el mayoritario, responde: «no tengo estudios ni he hecho un curso, pero leo mucho, escribo muy bien y muchas veces descubro erratas en los textos que leo». Nos encanta el optimismo de este tipo de personas, y sin duda valoramos su pasión por la lectura y la escritura, pero eso no las capacita lo más mínimo para poder corregir eficazmente un texto.
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En resumen, para ser un buen corrector de textos, y, por supuesto, para formar parte de nuestro equipo de trabajo, Aliterata considera necesario poseer estudios superiores relacionados con la lengua y haber recibido formación específica en materia de corrección de textos, además de ser un lector habituado a diferentes tipos de textos. Otras aptitudes que valoramos positivamente son, por ejemplo, conocer los procesos editoriales en profundidad habiendo trabajado en el ámbito de la edición de textos, conocer el lenguaje específico adecuado a cada tipo de texto, tener gran capacidad de observación y concentración y ser meticuloso a la hora de afrontar la labor de corregir un texto.
Bajo estas premisas, nuestro equipo de correctores está formado por personas con estudios superiores relacionados con la lengua (filólogos, periodistas, licenciados en Humanidades, etcétera), que han recibido formación específica que las habilita como profesionales de la corrección de textos, además de tener experiencia laboral en distintos ámbitos relacionados con el uso de la lengua (profesores de Lengua y Literatura, profesores de Español como Lengua Extranjera, redactores, editores, periodistas, maquetadores, etcétera): un equipo de trabajo multidisciplinar y altamente cualificado que te ayudará a mejorar tus textos y la comunicación con tus lectores, aportando valor y prestigio a tu imagen como autor o como marca empresarial.
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Siguiendo las sugerencias de algunos de nuestros clientes, nos hemos decidido a implementar un apartado dedicado a ellos en nuestra web. Aunque no hemos podido consignar aquí a todos, por diversas razones relacionadas con la privacidad y algunas condiciones que ponen las editoriales, valgan estos ejemplos para reflejar el arduo trabajo de colaboración que hemos realizado con nuestros autores y autoras.
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