Esta semana os queremos poner un ejemplo de cuánto daño hacen a los escritores algunas aplicaciones que ofrecen sinónimos para facilitar el proceso de escritura de una novela.
En un proceso de corrección, leí lo siguiente: «El impacto dejó el coche geminado en dos». La palabra geminado, en este contexto, es un tecnicismo, proveniente del ámbito de la biología, que significa: ‘Partido, dividido’.
Como correctores de textos, no es infrecuente encontrarnos con sinónimos extremadamente rebuscados para expresar un concepto simple, y sospechamos que muchos de ellos son sugeridos al autor por parte de alguna aplicación informática, ya que se trata de vocablos en desuso o bien de tecnicismos demasiado poco corrientes como para formar parte de la disponibilidad léxica del escritor.
En la mayor parte de los casos, debemos reconocer que el responsable último de que se produzca esta disfunción es el propio autor. Cuando algún escritor ha solicitado que le orientemos en su labor y nos encontramos con este tipo de sinónimos, siempre le decimos lo mismo: «¿Te has preguntado por qué tienes la necesidad de buscar tantos sinónimos?». En efecto, verse comprometido por no encontrar sinónimos adecuados suele tener una causa evidente: si necesitas tres formas diferentes de decir lo mismo, es que quizá estás diciendo lo mismo tres veces. La solución no radica en buscar que una herramienta informática te solucione la papeleta, sino que debes revisar tu forma de comunicar, tratando de que la información que des sea concisa. El lector no es tonto, con contarle las cosas una vez, de la forma más potente posible, basta para que se dé por enterado de lo que quieres transmitirle.
Queridos escritores, no necesitáis este tipo de herramientas que nada aportan a vuestras novelas. Simplemente, sentaos frente a vuestra obra y pensad la forma de ser eficientes y comunicativos echando mano de vuestros propios recursos léxicos, ya que, por otro lado, vuestras propias palabras serán las óptimas para expresar lo que lleváis dentro.